Moteros 5/3: Caravedo
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domingo, 13 de enero de 2013

Día 23: Directo a la playa de Paracas


29/Diciembre/2012
Salimos de Nazca temprano con la idea de llegar a Pisco y desde allí hacer la ruta del pisco y el tour por las islas Ballestas, pero de camino nos encontramos con que la ruta del pisco, no es en Pisco sino en Ica, así que ya estando en Ica ¿quién dijo miedo? a tomar pisco -jeje- no mentiras, a conocer el proceso.

Muy amablemente un policía de Ica nos guió hasta la hacienda Caravedo ubicada en las afueras de la ciudad, donde Rodrigo nos hizo un recorrido por todo el lugar.

Primero nos explicó cómo reciben la uva, el proceso de despulpado, el sitio de almacenamiento del mosto verde (se le llama mosto verde porque no alcanza el mismo tiempo de fermentación que para el vino), luego nos llevo a la zona de destilación, a los tanques de almacenamiento, embotellado y sellado de las botellas.

En seguida pasamos a la parte antigua de la fábrica donde se destilan piscos desde 1877 ya que aún hoy utilizan los alambiques de leña para destilar algunas de las variedades; después nos mostraron el viñedo y finalmente… a catar los piscos ¡¡¡yupi!!!.

En la sala  de catas nos dieron a probar dos variedades, el quebranta y acholado, la verdad siempre creí que el pisco solo se podía tomar en coctel pues es muy fuerte, pero al probarlo así es muy bueno, son muy aromáticos y agradables en el paladar.

Después de algunas compritas en el viñedo a continuar la ruta, decidimos quedarnos en Paracas que es una playa antes de Pisco, pues nos dijeron que era más seguro quedarse allí, además desde allí salen los tours para las islas Ballestas. Al llegar por poco no conseguimos donde quedarnos, porque muchos peruanos y extranjeros se van a pasar el fin de año a las playas, y todos los hoteles y hostales estaban a reventar, y los pocos que tenían habitaciones nos exigían mínimo tres noches y a precios absurdos, finalmente nos hospedamos en el hostal “El Refugio del Pirata” después de rogarle a la encargada que nos hiciera una rebajita.

Ya en la tardecita, salimos a conocer la playa que la verdad no es la locura, comimos algo por ahí y disfrutamos el atardecer animados por un “circo de pelicanos” (tres pelicanos vividores que se toman fotos con las personas a cambio de unos pescaditos que les dan sus “domadores” quienes cobran algunos soles por la fotico).

En el hostal una cervecita al ritmo de los Fabulosos Cadillacs y a prepararnos para salir temprano a las islas pues el tour ya estaba reservado.

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