Moteros 5/3: Ecuador
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sábado, 29 de junio de 2013

Día 29: Directo a Guayaquil

04/enero/2013

El día empezó temprano pues no dormimos muy mucho, la moto de Lucho aún no estaba bien y no teníamos muy claro qué hacer, así que lo primero fue mirar si todavía teníamos motos y… efectivamente ¡Sí!

Luego salimos hasta el taller, donde ya nos esperaba el señor mecánico, quien propuso dos soluciones: la primera era irse hasta el pueblo más cercano a ver si se conseguía el empaque o se mandaba hacer, la otra era remendar el que estaba dañado y arriesgarnos con ese. Lucho optó por la segunda opción y media hora más tarde, estábamos requintando el tanque con un cuarto de aceite que llevábamos de repuesto y arrancamos rumbo a Guayaquil, la verdad queríamos salir cuanto antes de ese caserío así que ni desayunamos, nos despedimos, eso sí, muy agradecidos de nuestros benefactores y rumbo a Máncora.

Una hora y media después estábamos allá disfrutando de un delicioso juguito natural y una hamburguesa, revisamos el empaque y la verdad estaba perfecto, así que continuamos hacia la frontera, pues nuestra idea era llegar a Guayaquil en la noche.

El paso por las aduanas de Perú y Ecuador  se puede decir que fue rápido, comparado con el de Bolivia –Jeje–, ahí volvimos a revisar el arreglo -todo seguía bien-. Pasadas las fronteras y tomamos rumbo a Guayaquil, nuestro rodado iba yendo despacio, pues no sabíamos como funcionaría el empaque al revolucionar mucho la moto.

Estando en esas y sobre la marcha, nos abordó un motero en una BMW 650, nos preguntó hacia dónde nos dirigíamos y al escuchar que íbamos a Guayaquil se ofreció a guiarnos, unos kilómetros más adelante paramos a tomar algo, realizar las presentaciones de rigor e intercambiar historias. Así supimos que el motero que nos había saludado se llamaba Edgar Narvaez, coronel retirado apasionado por las motos y que tenía una escuela de paracaidismo, a su vez nosotros le contamos de nuestro viaje y el recorrido que hasta el momento habíamos hecho. Él al escuchar nuestra historia y saber que una de las motos tenía problemas, muy amablemente nos contacto con su mecánico personal, quien acepto esperarnos en Guayaquil hasta nuestro arribo en compañía de nuestro nuevo amigo. El resto del camino trascurrió sin novedad, relajados sabiendo que ahora estábamos acompañados de un amigo motero conocedor de la ciudad que nuevamente nos daba la bienvenida con los brazos abiertos.


Al llegar a Guayaquil fuimos al taller, dejamos la moto de Lucho y quedamos a la expectativa de cuándo salía la moto, luego siguiendo las recomendaciones de Edgar nos hospedamos en un muy buen hotel –Castell– en el centro cerca de el mecánico y… por si fuera poco… nuestro amigo después de tomarse todas estas molestias con nosotros continúo con su derroche de generosidad invitándonos a comer cangrejos en uno de los mejores restaurantes de la ciudad, allí nos reunimos con su novia Catalina, quien es una colombiana paisa muy querida y pasamos una noche súper entretenida.


La verdad es que Dios es muy grande y los ruegos de todas nuestras familias y amigos hicieron que nos pusiera cada ángel en el camino en el momento justo cuando lo necesitábamos. Para nuestros amigos, Edgar y Catalina, toda nuestra gratitud y una invitación abierta a Colombia y Bogotá para poder devolverles alguito de su hospitalidad para con nosotros.

domingo, 16 de diciembre de 2012

Día 7: Directo a descansar en Máncora


13/Diciembre/2012

Hoy no tomamos carretera, simplemente a descansar en la playa, aunque teníamos pendiente una revisión de las muñecas en la mañana Lucho y yo, tocó ponernos el overol y hacerles mantenimiento de rutina (apretada de tuercas, engrase y tensión de cadena).

Beldys amaneció enferma del estómago, creo que el cambio de comida no les ha favorecido a las mujeres del grupo, menos mal era día de descanso. Ya en la tarde salimos a pasear por Mancora para averiguar hostal para el 31 de Dic, que lo pensamos pasar allí, pero nos desalentaron un poco los precios, según parece todo Perú se va por estas fechas a pasar el fin de año allá por lo tanto los precios se disparan, así que no sabemos si podamos pasar las fiestas de fin de año en Mancora.


Después a disfrutar de la gastronomía en la playa con un delicioso Chupe de langostinos, como no, acompañado por una Cusqueña, siiii!!!!. Después tocaba probar el Pisco Sour, y otra cusqueña y en fin se fueron consumiendo las botellas como diría “el Chente” jeje.

Ana no se acordó que por lo general cuando sale el sol la piel se puede quemar, por consiguiente ahora exhibe un hermoso color de camarón a la plancha. En la noche nos entregaron la ropa limpia, menos mal encontramos una lavandería porque ya olíamos a francés.

Disfrutando del fiestero ambiente del Loki, Lucho y yo cerramos este gran día con unas cuantas cervezas más…


martes, 11 de diciembre de 2012

Día 3: Directo Ecuador eeeeehhhhh!!!!!!!!!

9/Diciembre/2012

Como ya es costumbre salimos tardecito, menos mal, ya que el parqueadero en el que dejamos las muñecotas  abría hasta las 8:30 de la mañana, en resumidas cuentas salida nueve de la mañana. El frio y la lluvia hicieron su aparición, llegamos a Ipiales a eso de las 11:00 con el tanque de gasolina casi vacío, ya que nuestra idea era tanquear en Ecuador por que la gasolina es mucho más barata mmmm mala idea pues en Ecuador no le venden gasolina a los Colombianos, por lo menos en los pueblos cercanos a la frontera; así que finalmente nos tocó devolvernos a Ipiales y tanquear allí -precio del galón $5.980 pesos.


Estábamos en la frontera pero no podíamos pasar sin antes visitar nuestro gran monumento nacional El Santuario de Nuestra Señora de Las Lajas, para pedirle una ayudita extra a la Virgencita. Pues esa ayuda se empezó a ver de una vez en la frontera pues el ingreso a Ecuador fue rápido y sin inconvenientes, nuestra meta era llegar a Quito.


 El paso sólo nos tardó 1 hora y media con todo y motos y sorpresa… una vez cruzada la frontera las carreteras si parecen panamericanas, perfecto pavimento y señalización, a tal punto que no se puede andar a más de 90Km/h, como nos explicaron en el lugar que almorzamos toda la vía tiene radares y nos insistieron que a pesar de las rectas que seguían no fuéramos a superar los límites de velocidad.


El almuerzo fue interesante, pollo asado, pero a pesar de hablar el mismo idioma, casi no podemos pedir 1 pollo. En las cercanías de la frontera ecuatoriana el pollo lo venden por plato y parten el pollo en 4 presas, por lo que cuando pedíamos nos decían cuántas presas y ni idea, finalmente les pedimos que fueran 1 plato por cabeza y taraaan!!! los platos venían con cuarto de pollo, que estaba buenísimo para el hambre que llevábamos -8 horas sin comer-.

Luego de almorzar continuamos el recorrido, dándonos cuenta que la salida tarde de Pasto nos había pasado factura, así que sólo pudimos llegar hasta… Ambuquí, que es como el Melgar de los Pastusos, según nos dijo el señor del hotel, ya que fines de semana y puentes festivos vienen colombianos -quienes son los mejores clientes- (yo también lo sería pues es barato el hospedaje y ¡¡¡una Budweiser de 600 ml vale 3500 pesos más o menos que viva Ecuador!!!) Los ecuatorianos casi no, porque tienen pocos puentes festivos, además no salen y tampoco rumbean mucho.

Y para los profesores que estén pensando en trabajar en el Ecuador, no se los recomiendo ya que solo hay un período de vacaciones de un mes entre Enero y Febrero y la jornada es de 7 a 3 -según nos contó el señor del restaurante del hotel-. Algo que me sorprendió mucho fue que tenían el canal Caracol puesto en el restaurante y gracias a esto me pude enterar que mi glorioso millonarios va a jugar la final de la Liga Postobón eeeeh!! Vamos muchachos por la catorce.


 Fabricio’s Hostería fue el lugar que encontramos a las 8pm. más cómodo y barato que el de Pasto y además tiene parqueadero (30 dólares por todos).

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