La reunión que
hizo el primo de Beldys estuvo muy agradable, aunque ninguno tenía idea de cómo
prender el carbón, apareció una amiga de la familia para salvar la noche,
finalmente se pudo “meter toda la carne en el asador” -como dirían los
comentaristas deportivos-, la comida estuvo excelente muy buen parrillero
Javier.
La celebración se prolongo hasta las primeras horas del otro día,
compartimos historias de viajes con los amigos de la familia ahí nos dimos
cuenta que mucha gente quiere realizar nuestra aventura y eso nos llena de satisfacción
al ver que estamos cumpliendo ese sueño… a Javier y su familia muchísimas gracias
por recibirnos en su casa, a las niñas perdón por sacarlas de sus camas la
pasamos muy bien y esperamos tenerlos en Bogotá para recibirlos de igual forma.